más raro que un
perro azul

¿Y si hacemos un branding y diseño gráfico para una aplicación de gestión de clínicas veterinarias que no sea un absoluto coñazo? ¿Y si nos salimos de la norma y creamos algo evocador, amable, cercano e inolvidable?

Pues dicho y hecho. Nuestras mascotas son la alegría de nuestra vidas, ellas nos dan todo lo que necesitamos y mucho más, ¿por qué no hacer una marca a la altura para todos los que cuidan de ellas?

Si Nickelodeon hubiese decidido hacer una serie sobre un veterinario, se llamaría Canwin y tendría esta mismísima estética. Una marca loca y desinhibida, hecha por y para los que aman a los animales.

Aplicaciones flexibles, modulares, intercambiables y, sobre todo, memorables, que llevan a otra dimensión a un cliente que se ha atrevido a darnos la libertad de darle toda la libertad y que demuestran que si el mejor amigo del hombre es el perro, el de una marca es el branding.

Inventar un congreso de inteligencia artificial
sin inteligencia artificial.

En estos tiempos que corren, tan vertiginosos como exigentes, no recurrir a la IA en nuestro sector es ya un acto de resistencia y rebeldía en defensa de la honestidad y más cuando el cliente llega con un plazo ajustadísimo y tienes que comenzar casi todo desde cero.

Nos pusimos manos a la obra para mostrar esta nueva revolución de la IA que ha provocado un cambio de paradigma donde las preguntas son, por primera vez, lo más importante. A partir de ahí, creamos todo el branding y el discurso verbal de la marca, diseñamos la web, el logotipo, las gráficas y todas las piezas creativas.

Y lo hicimos, a esa velocidad, la de la luz, a la que, según Einstein, podríamos viajar al tiempo al que promete llevarnos el Prompt Congress: un futuro donde la inteligencia pensará, escribirá, diseñará, creará por nosotros.

Mientras ese tiempo llega, seguiremos creyendo en el inmenso poder de la creatividad humana, en esa magia que nos permitió levantar, de la nada y en pocos días, todo un universo creativo, repleto de reminiscencias a esos mundos del cyberpunk futurista, en los que el hombre acaba y , esperemos, acabará derrotando siempre a la máquina.

Y lo hicimos raudos, a esa velocidad, la de la luz, a la que, según Einstein, podríamos viajar al tiempo al que promete llevarnos el Prompt Congress: un futuro donde la inteligencia pensará, escribirá, diseñará, creará por nosotros.

Mientras ese tiempo llega, seguiremos creyendo en el inmenso poder de la creatividad humana, en esa magia que nos permitió levantar, de la nada y en pocos días, todo un universo creativo, repleto de reminiscencias a esos mundos del cyberpunk futurista, en los que el hombre acaba y , esperemos, acabará derrotando siempre a la máquina.

No es bótox,
es branding. 

Cordillera no es solo un club, es una leyenda que, a los 50, decidió que la mediana edad es el mejor momento para sacudirse el polvo y ascender a nuevas alturas. El cliente vino a nosotros con una marca que ya había jugado sus mejores partidos y era hora de volver a convertirla en una de esos iconos publicitarios que han definido la esencia de una ciudad.

Pero, ¿pueden realmente los 50 volver a ser los nuevos 20? 
Comenzamos con un cambio de color, evolucionando a un verde más oscuro. No es una elección al azar, la marca pasó a ser más profunda, más orgánica y más elegante.

El nuevo logotipo logró lo que parecía imposible: respetar la esencia del clásico logo de toda la vida progresando hacia un diseño moderno, vanguardista y al mismo tiempo inolvidable. Pasamos de un escudo clásico y figurativo a un auténtico símbolo. Otro reto fue estar a la altura de las necesidades funcionales, es decir las aplicaciones debían adaptarse a la perfección a las plataformas de medios sociales.

“Alcanza tu cumbre” es un eslogan poderoso, distintivo y memorable, que supone un antes y un después en un club que aspira a seguir liderando la vida deportiva y el entretenimiento familiar en la ciudad. Pero sobre todo, es una prueba extraordinaria de que no es necesario

El bótox ni los descapotables para que los 50 puedan ser los nuevos 20. Basta con un poquito de branding.

Ser un rollo o ser Rollo, esa es la cuestión.

Ay, el mundo de la consultoría inmobiliaria… menudo rollo. Es escuchar esas dos palabras y a uno se le cierran los ojitos como viendo una etapa en llano del Tour de Francia.

Desde que nuestros amigos de Rollo entraron por la puerta lo tuvimos claro y quisimos hacer lo imposible: dar a luz una marca honesta pero fresca, poderosa pero empática, sencilla pero divertida.

Y todo ese flow se vertebró sobre un branding, copy y web con los que pudimos transmitir esa sensación del ciclista que gana una etapa de montaña y corona ese puerto llamado «encontrar por fin la casa que tanto buscaba».

Y al descubrir esa sensación descubrimos que este trabajo no solo transformó a nuestro cliente, sino que nos transformó a nosotros, haciéndonos entender que no hay negocios más o menos aburridos, sino marcas más o menos valientes.

Y al descubrir esa sensación descubrimos que este trabajo no solo transformó a nuestro cliente, sino que nos transformó a nosotros, haciéndonos entender que no hay negocios más o menos aburridos, sino marcas más o menos valientes.

Cómo meterse en un jardín y salir con una marca

De la mano de un cliente cálido y amable como Pepe Bernabé, uno se mete en un jardín con la sonrisa de un niño.

Y así fue como afrontamos el branding para este arborista: agitados por esa inocencia y emoción con las que jugábamos en aquellos jardines que convertimos en lugares mágicos de nuestra infancia.

Con esos copies amables que acarician el alma, como solo pueden hacerlo los últimos rayos de sol sobre nuestra piel en un verano que se va. 

Con ese verde vegetal, intenso y profundo, que casi parece querer echar raíces sobre el papel.

El resultado es una marca de alma salvaje y silvestre pero a la vez cercana y elegante, que nos seduce con esa belleza que la naturaleza solo nos muestra cuando es respetada y cuidada.